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La rebelión de los gomeros versus las jornadas colombinas

El próximo sábado 25 de noviembre se celebra el acto conmemorativo de la Rebelión de los Gomeros con la Rotura del Gánigo y la entrega del regatón de Guahedum a don Julián Ventura Barroso. Un acto que organiza el colectivo cultural y deportivo “Jurria Tamonerque” treinta y nueve años después de aquel 25 de noviembre de 1984 en que se celebró por vez primera en la cueva de Guahedum – o Guadejume, según los pastores-. Acto que nació bajo la inspiración y el auspicio del Centro Canario de Estudios, Amistad y Solidaridad entre los Pueblos de África “Amílcar Cabral”, ocasión que aprovechamos para recordar la importancia de su revista, La Sorriba, en el conocimiento de nuestra historia y la situación de colonialidad en el archipiélago canario, a pesar del viraje incomprensible y posmoderno de alguno de sus colaboradores de antaño.

Van pasando los años y el recuerdo de ese acto de rebeldía se va disolviendo en el pasado sin que se fijen claramente los hechos que ya pertenecen, incluso, a la historia de Canarias. Nuestro pueblo ya no es un pueblo analfabeto, conoce su propia historia, la comprende y ha sabido interpretarla correctamente. Por tanto, podemos afirmar que el pueblo gomero no viene de la nada, no salimos al terreno de la historia escrita con las luces apagadas. Una gesta revolucionaria como la acaecida en las inmediaciones de los riscos de Guahedum que, se ha ido expresando a lo largo de los siglos en décimas y romances, está hondamente arraigada en la memoria histórica de nuestro pueblo contraviniendo la frase lapidaria de “la historia de los pueblos sin historia”.

No existe una copia de la declaración jurada de los testigos. No tenemos sus recuerdos personales, las anotaciones o remembranzas de los hechos que nos permita realizar una reconstrucción histórica lo más objetiva posible con una información contrastada y bien definida. La tradición historiográfica desarrollada en Canarias reconstruye el acontecimiento sobre la base del registro escrito de los cronistas de los conquistadores, su acercamiento condicionado y una comprensión parcial del mundo aborigen y con la barrera infranqueable que supuso el desconocimiento idiomático de la población gomera. Por tanto, no tenemos la otra versión de la historia. Pero sí tenemos un factor a su favor: no hay simulación ni engrandecimiento por su parte. Enfrentaron una lucha desigual contra un poder colonial decadente con las ventajas y las desventajas de dos culturas enfrentadas donde una de ellas venía de ochocientos años de luchas contra los musulmanes en los reinos ibéricos. Por ende, no hay una entrada propia a la Historia de este acontecimiento por parte del pueblo aborigen de La Gomera recayendo esa responsabilidad en los cronistas extranjeros. La versión de “la gente de afuera”.

Las futuras generaciones de esta isla y de Canarias reconocerán la significación de esta lucha en condiciones tan difíciles. Un acto de rebeldía que quedaría prendida eternamente en esos riscos formando parte de su leyenda: “la Rebelión de los Gomeros” según la historiografía canaria. “La Rebelión de los Gomeros contra el poder señorial de los Peraza”, añadimos nosotros. Para aquellos que creen que la Historia no está solo en los archivos ni se creen las versiones románticas de la mentalidad feudal impostada a la sociedad aborigen de nuestra isla.

Así se inició la forja, buscando la forma de rehacer un porvenir y con la convicción profunda de la justicia de su causa. Con este ánimo y este espíritu homenajearemos el próximo sábado el recuerdo. Un conde fue ajusticiado. Un acto de dignidad y de valentía sorprendentes. Un momento para reflexionar sobre el mérito de alzarse ante las injusticias, sensibles a la dignidad y a la justicia que entraña la rebelión de nuestro pueblo.   

Sincronizamos dos fenómenos partiendo de la situación económica, política y social actual. Nuestra bochornosa situación política. Recordando el título de Massetti “Los que luchan y los que lloran”, queremos ser de los primeros y además también de los que no olvidan. Vivir y luchar.

Por su parte, el Cabildo Insular de La Gomera promueve cada año unas Jornadas Colombinas que tampoco vienen de la nada. Jornadas denominadas Colombinas en recuerdo a la estancia de Cristóbal Colón en la isla antes de su partida al continente americano con las terribles consecuencias posteriores para las culturas de ese continente. Unas jornadas hechas para la clase política y, no para el pueblo gomero, en medio de una realidad donde interviene el dinero y la promoción personal (no hay más que apreciar el cartel). Reconocemos que el dinero diluye cualquier convicción profunda hasta el punto que no genera la más mínima contradicción a quienes defienden elementos de la identidad canaria cuando se mezclan con el caciquismo insular.

Sin embargo, no por ello nos arrugamos. Sabemos que prevalecerá en el seno del pueblo gomero el recuerdo de Hautacuperche y Hupalupa. Los actos de justica siempre han inspirado a los pueblos.

 

Tanekra n ighomaren (Rebelión de los Gomeros)

 

Rayco Rodríguez Trujillo

 

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