Las Islas Canarias ya no se movilizan

La caída del número de concentraciones y manifestaciones se hace notar de forma particular en la provincia de Santa Cruz de Tenerife

Los tiempos de las grandes movilizaciones en las Islas Canarias empiezan a quedar lejanos. La caída del número de concentraciones y manifestaciones -según publicó el metropolitano El País el pasado sábado- se hace notar de forma particular en la provincia de Santa Cruz de Tenerife. La movilización de la ciudadanía en la provincia occidental del Archipiélago se redujo en un 86% si contraponemos los datos del 2016  con los del 2015. En la provincia oriental la cosa tampoco está para tirar cohetes: un 46% menos.

Las causas

Aunque se cacarea mucho el tema del cambio de ciclos y la modificación sustancial de la percepción de la crisis por parte de la ciudadanía, creemos que detrás de esta caída del espíritu de movilización de la población se esconden otros factores, sobre los que deberían ahondar los colectivos y organizaciones que forman parte de los movimientos sociales de las Islas. Se tendría que verificar si -más allá de los ciclos y la percepciones de la ciudadanía- cabría hablar de agentes desmovilizadores. A nadie se le escapa que la movilización social en la calle disminuía al mismo tiempo que se producía la ascendencia de los denominados “partidos del cambio”, y triunfaba su defensa de una política centrada en las instituciones y el diálogo social.

Seguiremos a la expectativa, aunque somos conscientes de que en Canarias -hoy como ayer- se hace necesario una contundente vuelta a las calles. Estamos viviendo los prolegómenos de un nuevo saqueo de las Islas a gran escala. Las acciones de los agentes coloniales nativos y metropolitanos auguran duros momentos para el Archipiélago. La nueva era del ladrillo y el saqueo de todos los recursos que puedan ofrecer las Islas refuerzan la alianza del bloque colonial dominante, al tiempo que la debilidad de los movimientos sociales encargados de dar respuesta es más que palpable.