Los municipios de Gran Canaria reciclaron de media en 2018 el doble de envases que los de Tenerife
Pero la reflexión para los que hemos estado en la lucha por una gestión sensata de los residuos en Tenerife por más de dos décadas ya, y que íbamos a la Comisión de Residuos del Cabildo a decir estas cosas que pasaban y por ello entre PSOE y sorprendentemente Podemos, de la mano de Sabaté Bel, cambiaron el reglamento para echarnos el año pasado (…) es la de cómo es posible que Gran Canaria nos supere ya en todo cuando siempre llevaron un retraso secular con respecto a Tenerife
No es nada sencillo hacer una comparativa de este tipo, básicamente porque Ecoembes te obliga a obtener los datos uno a uno y siempre hace trampa en la presentación de los mismos. Y es que dan unas cantidades en kilos de lo que se recicla por municipio pero después da el dato del ‘impropio’ que es el porcentaje de esa cantidad que ha sido depositado incorrectamente en el contenedor amarillo por lo que va directamente a vertedero. Vamos, que en el caso de Santa Cruz de Tenerife por un lado dicen que recuperaron 8,9 kilos por habitante pero, por otro, que el rechazo fue casi del 20%, con lo que en realidad hay que restar 1,7 kilos que fueron a vertedero y lo que supuestamente se recicló (o fue al reciclaje que no es lo mismo tampoco) fueron 7,2 kilogramos.
Y llevando a cabo esa corrección razonable a la baja, en el caso de todos los municipios canarios, nos encontramos con que según la información ofrecida por Ecoembes en su barómetro el municipio que más recicló en Canarias en 2018 fue Moya con 20 kilos por habitante y año y el que menos Vilaflor con 3 tristes kilos de los, posiblemente, 70 u 80 que puede generar de media cada ciudadano al cabo del año. Que estos datos nunca están claros porque Ecoembes siempre intenta demostrar que se genera menos de los que salen en las caracterizaciones oficiales.
Ahora bien, si uno se va a los mismos datos que ellos ofrecen y busca municipio de referencia como podría ser Oñati, provincia de Guipúzcoa, resulta que aplicando la misma reducción razonable por impropios sucede que frente a nuestros 8,9 kilos de media ellos reciclan con el sistema de puerta a puerta 40 kilos. En fin, el que se quiera creer eso que nos cuenta Ecoembes de que en Canarias estamos por encima del 70%, cuando debemos generar el doble de envases que Oñati por la presión de millones de turistas, pues que se lo crea, sencillamente pareciera algo absurdo que nos hemos llegado a creer efecto de la propaganda.
Pero la reflexión para los que hemos estado en la lucha por una gestión sensata de los residuos en Tenerife por más de dos décadas ya, y que íbamos a la Comisión de Residuos del Cabildo a decir estas cosas que pasaban y por ello entre PSOE y sorprendentemente PODEMOS, de la mano de Sabaté Bel, cambiaron el reglamento para echarnos el año pasado con lo que ahora aquello será una especie de orgasmo colectivo y mucho brindis al sol; es la de cómo es posible que Gran Canaria nos supere ya en todo cuando siempre llevaron un retraso secular con respecto a Tenerife en esta materia. Que nada de pleitismo, en absoluto, chapó porque sin propaganda y sin mentiras han sido capaces de tomar un rumbo diferente en un tiempo récord. ¿Qué todavía están muy lejos del objetivo? Ciertamente, pero es que en nuestro caso pareciera que avanzamos en sentido contrario con un plan de residuos encajonado desde el 2009 y con el último punto limpio inaugurado por Wladimiro Rodríguez Brito ¡dos consejer@s más han pasado por ahí desde entonces! allá a principios del 2011 en la planta de transferencia de La Orotava. Eso cuando resulta que según el PTEOR a estas alturas tendría que haber 17 puntos limpios y sólo tenemos los ocho que dejó Wladimiro.
Que lo de los puntos limpios por poner un ejemplo, porque minipuntos limpios tenía que haber como 300 o unos miles de contenedores de materia orgánica y no hay ni uno solo. Triste panorama sobre el que nadie asume responsabilidades sino que, más fácil, optan por poner bien lejitos a los que les dicen las cosas claramente a la cara. Educadamente pero en la cara que nos están poniendo a los pies de los caballos en esta materia no sólo por las sanciones europeas en ciernes sino, en contra de sus patéticos brindis al sol, por la incineradora y las medidas drásticas que tendremos que pagar y asumir con lo que supone eso en términos económicos y, sobre todo, ambientales.