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Pedro Pérez, El Gasio” (AHORA CANARIAS): “la política debe basarse en ideas, en un programa político para la transformación social”

Hay que trabajar para desterrar la idea de que llenar la isla de hoteles es una solución al paro”

Somos conscientes que Pedro Pérez, El Gasio, sería considerado un  buen “fichaje” para muchas formaciones políticas con presencia en La Palma por su compromiso y su firmeza a la hora de defender los intereses de la Isla ¿Por qué AHORA CANARIAS? ¿Por qué ahora, en este momento?

Bueno, más que buen fichaje, soy un simple militante que tuvo la suerte de entrar de joven en organizaciones afines a la ideología que defiende AHORA CANARIAS. Por ello conozco algo el movimiento, su formación y a muchas de las personas que lo constituyen desde hace bastante tiempo. Desde siempre me gusta la política, en un sentido transformador,  destinada a crear cambios verdaderos en la sociedad. Eso a priori me da cierta ventaja a la hora de participar, es decir, no me meto a ciegas en esta movida, sino con conciencia de lo que defiende esta coalición. Las personas que me conocen hace años saben que siempre estuve en estas mismas coordenadas y, por tanto, lo lógico es que mi elección se decante por AHORA CANARIAS, la única organización que considero con posibilidades de llegar a algo serio dentro del ámbito independentista. Y eso que no me faltaron ofertas y posibilidades de renunciar a mi pensamiento, con unas perspectivas halagüeñas para mi persona, algo que decliné porque para mí la política debe basarse en ideas, en un programa político para la transformación social.

“El ascenso del fascismo y los aires recentralizadores que se viven en el Estado, hacen necesario que se dé a conocer en todas las Islas una opción moderna, que integre diferentes sensibilidades y orígenes, como respuesta ante este escenario y como punta de lanza hacia nuestra definitiva liberación, en aras de ser realmente sostenibles y autónomos como comunidad humana, algo de lo que estamos muy lejos ahora”.

¿Por qué ahora? Pues porque para empezar el previsible colapso ecológico que se comienza atisbar hace que si no logramos cada vez mayor autonomía, desde la soberanía alimentaria y energética hasta llegar a un control total de nuestro destino, no vamos a poder garantizar la supervivencia de las próximas generaciones. El ascenso del fascismo y los aires recentralizadores que se viven en el Estado, hacen necesario que se dé a conocer en todas las Islas una opción moderna, que integre diferentes sensibilidades y orígenes, como respuesta ante este escenario y como punta de lanza hacia nuestra definitiva liberación, en aras de ser realmente sostenibles y autónomos como comunidad humana, algo de lo que estamos muy lejos ahora. No podemos permitir que las decisiones que condicionan nuestro futuro se tomen a miles de kilómetros de distancia, con la complicidad de la oligarquía caciquil local, augurando un futuro nefasto para las Islas.

Tu historia personal de estos años ha estado marcada por el enfrentamiento contra fuerzas muy poderosas DE la isla de La Palma ¿Qué es lo que pasa en La Palma? ¿Por qué da la sensación de que no existe una voluntad por parte de los grandes partidos de cambiar las cosas y revertir una situación que se ha cronificado a lo largo de los años?

A día de hoy, los partidos hegemónicos de La Palma funcionan como clanes de poder cuyo actuar se diferencia bien poco entre sí, en cuanto al control efectivo de la sociedad o de la consecución de favores y prebendas a personas según sean de un grupo u otro. El clientelismo y la política de tipo caciquil predomina en la isla y es muy complejo que estos partidos, que son la voz de la oligarquía y los caciques de siempre, junto con los nuevos ricos, que constituyen una clase dominante vinculada al subvencionismo, a la importación e incluso a actividades de dudoso proceder, impulsen otro modelo para la isla más allá de un estancamiento o de reproducir el fracasado turismo de masas que destroza zonas enteras de Canarias. En este orden de cosas nadie muerde la mano que le da de comer y se mantiene todo con puño de hierro y guante de seda. Una gran parte de la juventud, entre ella la más formada, solamente ve como solución la salida migratoria de la isla, reviviendo lo mismo que ya sus antepasados hicieron tantas veces. En mi caso padecí el criticar la verdad histórica acerca del manejo caciquil y privilegiado del agua en La Palma, con una demanda realizada por dos personajes de importancia en la isla conocidos por diferentes actividades poco edificantes. Se me pedían penas desorbitantes, multas y hasta cárcel por unas decenas de segundos de crítica radiofónica sin nombrar absolutamente a nadie. Es por esto, entre otras cosas, que no se debe permitir connivencia alguna con el caciquismo y sus representantes, pues son el muro que impide que la isla prospere de forma sostenible y adecuada para las generaciones futuras. Enfrentarse políticamente a este modelo es necesario porque se trata simple y llanamente de supervivencia.

¿Cuáles son los principales problemas que sufrimos en la Isla de La Palma? ¿Dónde están las soluciones?

En La Palma existe una descapitalización de la economía, con una importancia grande de las subvenciones agrícolas, que desaparecen rápidamente de la isla debido a la nula soberanía energética y alimentaria que tenemos. Se consolidan monopolios como el de Endesa o la instalación cada vez mayor de grandes superficies que impiden el desarrollo equilibrado de un sector primario que garantice la autosuficiencia y permita consolidar una industria y turismo sostenibles. El dinero pasa por la isla y se marcha con la misma, o  la riqueza se suele quedar en pocas manos, no revirtiendo aquí realmente, sino en compañías o rentistas extranjeros que extraen de la isla al más puro estilo colonial. La agricultura platanera funciona como un coto cerrado a un mercado único, algo que es una pura herencia franquista y reviste unas características claramente coloniales. Hay una especulación creciente del suelo que hace que aquello que tan duramente fue ganado por las personas humildes esté cada vez en menos manos. La innovación está estancada y profesionales empeñados en realizarla son continuamente bloqueados, se favorece la corrupción, el favoritismo, el clientelismo, lo que entorpece realmente la democracia y los derechos de muchas personas. La política roza el sectarismo y en determinados pueblos se divide de forma clánica, por familias, colegueos, cuando no directamente usa la compra de votos o voluntades. La droga está cada vez más presente y no hablo de cannabis, que debería ser legal, sino de un retorno evidente de la heroína, del crack, de otras sustancias como la cocaína, lo que sumado a la desigualdad creciente provoca una oleada de robos progresiva. Algo que capitaliza muy bien el poder de la isla. Y esto es algo que hay que aclarar, la relación entre estas actividades, el Estado y las élites políticas y económicas isleñas con el tráfico y uso de la droga para control social.

En este sentido La Palma se trata de una sociedad muy cerrada y hostil para cambios profundos debido al control social y a la coacción, al menos es así por ahora y para ello vamos a intentar que de esta candidatura salga un comité que luche contra esto en la isla. Hay que provocar una regeneración democrática a todos los niveles, algo que ya camina con iniciativas diversas en variadas zonas, con las que se intenta fomentar la participación por parte de colectivos ciudadanos. Sería la forma de llegar a una verdadera democratización, terminando con las injusticias y mangoneos mafiosos existentes tanto en política, como en agricultura y en mundos opacos como el de la gestión del agua en la isla. Debemos desterrar esa mentalidad de egoísmo y envidias tan presente en el territorio, fomentando valores cooperativos y la unidad con aquellas personas que busquen un futuro mejor para nuestra sociedad. Hay que trabajar para desterrar del gran público la idea de que llenar la isla de hoteles es una solución al paro, porque supone seguir ahondando en la descapitalización, hay que acabar con el desprecio a las actividades artesanales o tradicionales por parte de determinadas instituciones o representantes, ya sean técnicos o políticos. Tenemos que lograr expulsar a Endesa y su monopolio de la isla, limitar la influencia de los  importadores y frenar las grandes superficies. Hay que fomentar que se controle la entrada indiscriminada de plagas en la isla, dotando de más medios a las necesarias inspecciones. Y podría seguir hasta el infinito con cosas para hacer que solucionarían una isla que va proa al marisco ante el previsible colapso de las próximas décadas.

Ahondando en los problemas globales de las Islas Canarias ¿Por qué es de urgencia el fortalecimiento del soberanismo en las Islas? ¿Por qué debemos hablar de construcción nacional? ¿Por qué la justicia social está tan vinculada al soberanismo en Canarias?

Es ilógico que Canarias, siendo una de las sociedades más diferenciadas del Estado, con unas características claramente coloniales en tantos aspectos, no disponga de un movimiento potente que reivindique que seamos una sociedad libre para construirnos en el difícil mundo que viene. Aunque por otro lado la desestructuración de nuestra sociedad, su baja autoestima, los diferentes insularismos, las continuas implosiones de los movimientos que llevan desde hace dos siglos prodigando estas ideas, el robo del discurso por los regionalistas, la represión, el miedo y la coacción habituales en la realidad isleña, son causas para explicar que el soberanismo o independentismo sea un movimiento tan marginal actualmente. Pero no podemos dejar que reconocer que gran parte de la culpa es de la propia militancia independentista, que tiende en muchas ocasiones a ser pasional, con escasa formación o adaptación a los nuevos tiempos y necesidades de las Islas, pareciendo que nos hubiéramos detenido en los años setenta, estancándonos en rutinas negativas, incapacitándonos para crecer más allá de la burbuja, impidiendo integrar a las personas de múltiples orígenes que pueblan las Islas y a las que la dependencia afecta tanto como a las canarias y canarios de origen. Otra parte del denominado nacionalismo de izquierdas o incluso independentismo, opta por la ambigüedad, la indefinición o incluso la participación política en organizaciones españolistas, lo que demuestra un miedo a defender claramente un proyecto, o la comodidad que supone no construir un proyecto desde la base y sumarse a caballo ganador aunque suponga renunciar a sus ideas.

No obstante este panorama, es urgente que se fortalezca dicho movimiento en todas las Islas y en todos los municipios de nuestro país, porque la dependencia está matando a Canarias. Destroza los escasos recursos naturales de los que disponemos y entre los que el suelo es uno de los más preciados. Mata nuestro sector primario y secundario a la par que hipertrofia un turismo que poco rédito deja en unas islas que esquilma, que destruye bajo terribles moles de cemento y decenas de emisarios contaminando el mar ante los ingentes desechos que genera. La población, con escasas salidas e ilusiones, cae en monotonías que favorecen las adicciones y la inacción de la mayoría de la gente. Se hace necesario revitalizar el independentismo y que este sea una causa que acepten las personas que habitan en nuestra tierra, como algo normal y necesario para construir una sociedad capacitada que subsista en estos complicados tiempos.

Debemos hablar de construcción nacional porque Canarias tiene unas necesidades particulares y comunes,  por tanto una mayor unidad, coordinación y solidaridad entre las Islas es necesaria frente al insularismo. Esto no debe entenderse como la eliminación de la diversidad que también atesora el archipiélago. Hay que combatir de forma clara los tópicos que circulan entre la población, sobre situaciones como el futuro económico del archipiélago y posibles invasiones, cuando realmente ahora sí que estamos al borde de un suicidio colectivo con estas políticas autodestructivas que campan a sus anchas en nuestro pequeño país.

La justicia social está unida a esta construcción nacional porque dicha desigualdad existente en nuestra tierra y está bien sustentada en unas clases dirigentes que son las principales valedoras y defensoras del sistema de dependencia y hablemos claro, colonialismo, que rige en las Islas. Viven bien amparados en una pseudoautonomía que defiende sus intereses, así que la única forma de que las Islas tengan una verdadera justicia social es eliminando este orden de cosas, desbordando sus pilares y apostando por gestionar de acuerdo a criterios realistas el futuro de las islas, de su medioambiente, economía, sociedad. Ahora mismos vamos hacia una catástrofe social.

¿Qué opinas de esos que ahora se han reunido de nuevo y se denominan “nacionalistas” y que dicen defender los intereses de las Islas?

En una sociedad confundida, que cree que el PSOE es de izquierdas, es natural que dos partidos que, a lo sumo, calificaría de regionalistas, como son Coalición Canaria y Nueva Canarias, aún sostengan que son nacionalistas, que son los únicos defensores de nuestra tierra, que su presencia en Madrid es necesaria para encargarse del futuro de las Islas, agitando un supuesto espantajo de centralismo que es irreal. Es irreal porque ambas formaciones son participes y beneficiarias del sistema de dependencia que devora las islas, las convierte en un mercado cautivo y llena los bolsillos de determinadas elites, como los importadores, aguatenientes, lobbies turísticos. Por ello siempre se definen contrarios al independentismo aunque parasiten muchos de sus símbolos y aún algo de su discurso, usando el sentimiento canarista que se creó en la transición, con organizaciones como el MPAIAC, PCU o la UPC,  para su beneficio.

“En una sociedad confundida, que cree que el PSOE es de izquierdas, es natural que dos partidos que, a lo sumo, calificaría de regionalistas, como son Coalición Canaria y Nueva Canarias, aún sostengan que son nacionalistas, que son los únicos defensores de nuestra tierra, que su presencia en Madrid es necesaria para encargarse del futuro de las Islas”.

Algo que resulta paradójico porque los sectores mayoritarios que fundaron Coalición Canaria (las AIC), provienen por línea hasta genética de reconvertidos del régimen franquista, algunas de sus representantes como la misma Ana Oramas son de extracción oligárquica, así que pasaron de defender un régimen centralista a aprovecharse de un discurso supuestamente nacionalista para defender sus intereses (los de ellos) en Madrid.  En realidad son un partido claramente conservador, que apuesta por el desarrollismo y por el continuismo, sin tener una línea clara de lo que quieren acerca de Canarias cuando se denominan nacionalistas, a la vez que defienden la unidad de España y condenan el independentismo. Su objetivo es mantener sus parcelas de poder  y para ello cuentan con Nueva Canarias, una escisión que mucho había tardado en regresar a la fuente original, como Neo en Matrix. Son los restos de lo que fuera ICAN, proyecto de extracción marxista y cristiana de base, cuyos líderes vendieron todo el capital político de la izquierda institucional isleña a la derecha exfranquista de las AIC.

No me inspiran confianza porque tanto uno como otro representan algo muy negativo. Los primeros un poder conservador, como si de un PP a la canaria se tratase, que no busca sino mantener sus cuotas de poder. Los otros porque si ya renunciaron de forma tan drástica a su pensamiento, desarticulando tanto y de forma tan terrible, no van a ser de fiar tras haber provocado semejante tsunami y desierto político en las islas desde el año 1993. Lo más triste es ver personas que se consideran “nacionalistas de izquierdas” o incluso “independentistas” favoreciendo este pacto como alternativa para el pueblo canario, convirtiendo en clave de futuro lo que lleva décadas y hasta siglos dominando las islas. Es como querer salir de unas arenas movedizas hundiéndote en el fondo, una contradicción total, pero que a la vez desvela los juegos e intereses de tantas personalidades que se tornan contrarias a la construcción de una sociedad mejor, al favorecer el continuismo, pues no hay señas de que ninguno de estos partidos cambien su forma de pensar o actuar ya que nadie con tal poder  y en su sano juicio va a ir contra sus intereses. Es el caso, aunque es mejor que se definan las posturas y que se sepa quién es quién si queremos de verdad construir una Canarias Libre de caciquismo, dependencia, desigualdad y  verdaderamente sostenible de cara al futuro. Creo que AHORA CANARIAS puede y deber ser una herramienta (entre otras muchas), para favorecer ese proceso.




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