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Fuerteventura: del 28 N al 28 M

A los traidores del 28N, el Pleno de la Infamia, 6 meses después, el 28 M, y sin ser San Martín, les llegó su hora

El 28N la sociedad majorera demostró que había cambiado, que había perdido el miedo, que había llegado a su madurez democrática y no iba a delegar nunca más la gestión de su territorio en politiquillos, caciques y especuladores.

Algunos supieron ver las señales, ya desde principios de 2021 cuando este intento de pelotazo se llevó a pleno por primera vez. Otros, casi dos años después, y quizás incluso a día de hoy, como quien oye llover, dijeron que si quieres arroz Catalina.

Ha pasado muchísimas veces en la historia, también en la local (sobre todo en la local, de hecho), y los que la conocen aprenden de ella: la sociedad, las mentalidades, la cultura, cambian… Algunos políticos no. Se quedan rezagados, no comprenden lo que está sucediendo a su alrededor y lejos de cambiar, por el contrario, se enrocan en viejas posturas, y como el niño que en una perreta se tapa los oídos y grita “¡no te oigo!, ¡no te oigo !!!”, deciden ignorar la realidad (“Son 30 que gritan”, dijo Blas Acosta sin entender absolutamente nada), y se aferran a viejos tics autoritarios y desfasados.

Así oímos al día siguiente del 28N a Blas Acosta, en un poco disimulado intento de hacer méritos ante Newport para compensar su fracaso a la hora de “interinsulearle” el Dreamland en enero del 2021, decir que él “no hubiera permitido esos desordenes” ( entendiendo por “esos desordenes” el derecho a la manifestación y a la protesta de los ciudadanos), a Lloret destituir a los que le pusieron de presidente del  Cabildo por no dejarle hacer lo que le diera la gana y, teniendo  su partido solo un consejero en el Cabildo, e ignorando por tanto la soberanía popular, asumir, decorando la acción con rancias y manidas frases hechas (aquello de “llevar firme el timón” y toda esa vaina), y acompañado solo por el desfasado personaje de las mil chaquetas Juan Nicolás, la dirección de la principal institución de la isla… con tan desastrosos como previsibles resultados (una isla sin agua, creo que es sobrado testimonio de ello). Incluso escuchamos a su líder, el también vetusto y desfasadísimo Manolin Travieso, en un medio local justificar la caciquil actitud de su pupilo afirmando que todo era legal “y la población no importa”.

Porque si sus acciones durante estos larguísimos seis meses fueron de carácter retrógrado, muchos de sus discursos y “argumentos” no le van a la zaga. En pleno 2023, como si volviéramos a los viejos y rancios  tiempos de las mayorías absolutas de Domingo González, escuchamos de nuevo a Agueda Montelongo y Blas Acosta repetir a coro cual Pimpinelas de la política insular la vieja y anticuada coplilla del “somos la isla del no”, en una clara creencia de que los votantes de 2023 son los mismos del 2000 y aun se tragan  discursos e ideas tan tópicas, ridículas, falsas y alejadas de la realidad actual de la isla que a estas alturas solo son admisibles para personas de nulo nivel intelectual y cultural o al borde del traumatismo cráneo-encefálico. Al PP, que el 28N a pesar de afirmar “y no es porque seamos ecologistas” (como si hiciera falta decirlo) les copiaron punto por punto y coma por coma el discurso a dichos movimientos, lo vimos confirmar dicha innecesaria declaración de no-ecologismo y dar mil pasos atrás readmitiendo en sus filas a Pilar González, y a esta decir, en plena alucinación anacrónica, que quiere recuperar el “modelo Domingo González Arroyo”, el de aquel que perdiera para siempre las mayorías absolutas en 2003  ¡¡¡hacer retroceder el almanaque 20 años!!!

Y es que aquel es su referente, de su hija, pero también de Blas Acosta o AMF, ellos son los herederos políticos, ideológicos y culturales de Domingo González Arroyo, reproducen su discurso (“la isla del no”, “la arena no se come”, “sin turismo nos moriremos de hambre”…) y quieren reproducir también su modelo en La Oliva ( y el de Coalición Canaria en Canarias en general)  sin darse cuenta de que eso ya es imposible ,volver a los años dorados (para ellos) del desarrollismo de finales del siglo pasado y principios de este, la época de los hechos consumados, de las obras  (hoy quedan sus esqueletos) que de la noche a la mañana “brotaban” en Majanicho, Huriamen , Barranco de Los Canarios, etc., sin que, aparte de, cual irreductibles galos, las precursoras agrupaciones ecologistas, nadie protestara, ni hiciera nada, ni nos enteráramos de nada… Quieren ser marqueses sin marquesado, caciques en una época en que los caciques se están extinguiendo, y al encontrar en su camino un resistencia que no esperaban, una sociedad informada, concienciada y culta que les ha perdido el miedo y hasta el respeto, que protesta, que les  rebate, que elabora alegaciones en contra de sus intentos de pelotazo, que ya no son  “cuatro gatos” ( extremo este que alguno como Blas quiso negar, negando con ello también la realidad, hasta el día  antes de las elecciones ) y no entienden nada, y en su fuero interno se repiten angustiados: “joder, pero si a Coalición les dejaron, al marqués le dejaban  ¿¿¿¿ por qué a nosotros no??? ¡¡¡¡ahora nos tocaba a nosotros!!!! ¡¡¡tenemos derecho!!!”

Las urnas han hablado, la apuesta por el Dreamland junto a las dunas ha fallado, los que la apoyaron bajan (alguno hasta desaparecer), los que se opusieron suben. Quizás los primeros hayan despertado el pasado domingo de su sueño desarrollista (y que casualidad que “dream” quiera decir “sueño” en inglés), quizás… pero no lo parece. La realidad es que el ecologismo, la preocupación por la integridad de nuestro paisaje, medio ambiente,  patrimonio… han llegado para quedarse, no es posible la marcha atrás, y así vemos a los más espabiladillos, como Coalición Canaria, copiar el discurso ecologista que antaño despreciaron, pero no olvidamos, ellos fueron desde el Gobierno de Canarias (y en varios cabildos como el de Fuerteventura) los artífices de los años del desarrollismo más salvaje de nuestra tierra (1996 – 2007), también en épocas más recientes los autores de la Ley del Suelo que hizo posible el plantear el pelotazo Dreamland junto a las dunas, y  también aquí en Fuerteventura tienen la autovía, el origo mare, el “chillidazo”, etc. Muchos esqueletos desarrollistas guardan en su armario como para olvidarlos.

Los más despistadillos y desfasados, Blas Acosta, AMF, o aquí en el norte Pedro Amador, a lo más que llegan, seguramente aconsejados por resignados asesores, es a meter con calzador aquí y allá la palabra, hasta entonces, y aún hoy como concepto,  desconocida para ellos, “sostenible” aunque sea para hablar de una autovía, de un hortera “beachclub”  en Matas Blancas (Pedro Armas y Lloret parecían aquel día los campesinos de “Los Santos Inocentes” celebrándole los trofeos de caza al señorito Iván) , la ampliación del muelle de Corralejo, o los hoteles de RIU en las dunas de los que el veterano Pedro Amador afirmó en un debate que eran la “esencia” del municipio de La Oliva. Unos hoteles de 1975, que se comenzaron a construir cuando aún Franco estaba vivo, creo que son suficiente testimonio de lo arcaico de tales afirmaciones y del que las sostiene.

De todos estos personajes podríamos afirmar, como en 1830 el general Marmont sobre los políticos de la Santa Alianza:

Están perdidos. No saben ni en qué lugar están ni en qué tiempo. Viven fuera del mundo y del siglo. Llevan su propia atmosfera con ellos a todas partes, no se les puede abrir los ojos, ni siquiera intentarlo”.

 

Yeray EG

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