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22 de octubre 2022, el día en que los canarios cambiaron su historia

Las manifestaciones que tuvieron lugar ayer (el sábado 22 de octubre) en Santa Cruz de Tenerife y Gran Canaria fueron novedosas. Por primera vez en la historia democrática de nuestra comunidad, miles de canarios procedentes de todas las islas se lanzaron a las calles para desafiar las formas y el fondo de nuestro modelo económico histórico: el monocultivo. Un modelo sustentado en la extracción desmedida de nuestros recursos naturales a costa de nuestros espacios naturales terrestres y marinos. Nunca antes, los canarios habían unido sus mentes y corazones para decir basta ya de tanta destrucción.

El primer monocultivo que dio comienzo a la roturación de nuestros suelos, a la extracción de las aguas subterráneas y a la tala masiva de nuestros bosques fue el del azúcar en el siglo XVI. Luego vinieron el vino, la papa, la cochinilla, la orchilla, el tomate, el plátano y, por último, el turismo. Tras cinco siglos de maltrato continuado, en nuestras islas apenas quedan suelos por roturar, bosques por talar ni aguas subterráneas por extraer. Canarias es ahora una madre apaleada por sus ingratos hijos.

Por eso el objetivo de los poderes públicos y privados es ahora la ocupación de lo que queda de costa para la construcción de moles urbanísticas destinadas al turismo (La Tejita, Fonsalía, Puertito de Adeje, etc.), la modificación de usos de los suelos agrícolas para instalaciones de proyectos eólicos y fotovoltaicos (el peor caso lo tenemos en Fuerteventura, aunque pronto le seguirán las demás islas) y la usurpación y ocupación de nuestros espacios naturales protegidos, o sin proteger, para la construcción de megaproyectos (Chira-Soria y Las Niñas-Soria) o de explotaciones agrícolas (Riquiánez, en Arucas, GC y lo vertederos de chatarra en los espacios naturales protegidos de El Hierro). También se promueven megaproyectos energéticos en pleno corazón de las ciudades (la regasificadora y el taller de megayates en el Puerto de La Luz), a pesar del impacto negativo que estos claramente tendrán en la salud pública.

De haber estado vivo en la jornada de ayer, Alonso Alvarado, conquistador español y primer empresario azucarero de Gran Canaria en el siglo XVI, sin duda hubiera mandado apresar a las miles de personas que pacíficamente se manifestaron en Las Palmas de Gran Canaria y Santa Cruz de Tenerife en contra de los monocultivos turístico y energético.

Sin embargo, Alonso Alvarado no está vivo. En su lugar gobiernan hombres y mujeres defensores a ultranza del modelo de monocultivo, aunque ello siga suponiendo la afectación de nuestros medios naturales, paisajes y sociedad. Pero las leyes modernas ya no permiten apresar a unos ciudadanos por estar en desacuerdo con el modelo económico. Lo que hacen ahora algunos representantes políticos es azuzar a sus soldados para entrar en las redes sociales a denigrar y despreciar a los ciudadanos que expresen su desacuerdo con ellos. La propaganda y la desinformación son hoy por hoy la espada y los grilletes con los que el poder político reduce a la opinión pública.

Mañana será un nuevo día. El primer día de nuestro rechazo al modelo del monocultivo turístico y energético. El primer día de un nuevo estado de conciencia y cultural imbricado en la sensibilidad a la riqueza y vulnerabilidad de la biodiversidad y espacios naturales de nuestras islas; en el amor a nuestra tierra y en el coraje para saber defenderla. Hemos requerido 500 años para aprender la lección y ya no hay marcha atrás.

 

Eduardo Martín Almeida

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